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CAPITULO 6 - FINCA FORESTAL PARA USO DOMESTICO


6.1 Programas de leña y otros productos aislados
6.2 Programas de producción múltiple
6.3 Fortalecimiento del manejo de árboles para uso doméstico
6.4 El alcance de la finca forestal en el uso doméstico

El cultivo de árboles en las pequeñas propiedades y en sus alredores puede proporcionar a la familia agrícola muchos beneficios. Puede proporcionarle un acceso directo a productos necesarios para uso doméstico, tales como leña, materiales de construcción, fruta y otros alimentos arbóreos (también proveer para el sistema agrícola, como forraje animal y cobertura verde para el suelo. Puede ayudar a reducir la amenaza que significa el pequeño propietario rural para el medio ambiente, aumentando la protección del suelo contra la erosión y su degradación. Es posible que mejore la estabilidad del sistema agrícola aumentando la diversidad y la distribución estacional de los productos.

Por lo tanto los programas para fomentar la finca forestal para uso doméstico, suelen ser el camino mas directo para ayudar a los agricultores a fortalecer o crear los tipos de sistemas de manejo de árboles descritos en los capítulos 1 y 2. Como se trata de estrategias forestales de baja intensidad, que producen escasos beneficios financieros directos (aunque haya otros beneficios y ganancias indirectos que pueden ser importantes), rara vez la producción conseguirá resultados tan espectaculares como los programas de fincas forestales que tienen la ventaja de incentivos de mercado considerables. El manejo de arboles no requerirá el uso de mano de obra especializada y de capital. A menudo cultivarlos como parte de un sistema de cultivo, estará íntimamente ligado a otras actividades agrícolas.

36) Forraje, un producto de las fincas forestales

El manejo de especies arbóreas será más atractivo donde existan perspectivas de beneficios financieros indirectos; por ejemplo, gracias al aumento en la producción agropecuaria mediante el uso efectivo de los sistemas agroforestales. Aun cuando aquí el objetivo esta en la producción para subsistencia y uso doméstico, no hay una línea divisoria clara entre estos tipos de actividades y las de actividades forestales en fincas más orientadas al mercado; cualquier excedente es apto para ser comercializado donde hay una opción.

6.1 Programas de leña y otros productos aislados

Muchos de los programas recientes de cultivo de árboles por pequeños propietarios han tenido como objetivo aumentar el suministro de leña para el hogar. La mayoría ha intentado conseguir este objetivo con sistemas de producción planificados alrededor de este único producto. La experiencia sugiere que es necesario reevaluar tales enfoques tan restringidos de la silvicultura en fincas.

Por ejemplo, en Malawi el Programa de Madera para Energía, se organizó para aumentar la disponibilidad de leña en el medio rural, mediante el suministro de plantas de rápido crecimiento y de especies de alto rendimiento a los agricultores de zonas donde la madera era escasa. Se observó que aquéllos que se interesaban en el programa eran muy pocos y sólo se llevó a cabo el 10 por ciento de las plantaciones previstas. Las encuestas indicaron que esto se debía en parte a que sólo existía una sensación limitada de escasez: mientras se pudiera recoser leña sin pagarla, los agricultores tendrían pocos incentivos para plantar árboles para producirla. Por otra parte, la población estaba bastante interesada en cultivar árboles para postes de construcción (con la producción de leña como subproducto) y muchos ya se dedicaban a su cultivo para este y otros fines, mediante el transplante y manejo de las plantas germinadas naturalmente (Energy Studies Unit, 1981).

37) La gente a menudo prefiere árboles de uso múltiple

Otras experiencias han puesto de manifiesto que, incluso donde se reconoce que hay escasez de leña, la población local raramente muestra interés para cultivar árboles sólo para combustible, excepto quizás cuando pueden comercializarlo. En Nepal, la mayor preocupación de los campesinos se centra en los árboles frutales de uso múltiple y el forraje arbóreo para sus búfalos y no en las especies productoras de leña (Campbell y Bhattarai, 1982). En las zonas aisladas por la sequía en Senegal, se ha observado que la población está interesada en la plantación de arboles para forraje, sombra, fruta goma arábiga y materiales de construcción, pero no para leña, especialmente donde todavía ésta se obtiene de los ejemplares muertos a causa de la sequía (Hoskins y Guigonis, 1979). En el Yemen del Norte, la población esta mas interesada en plantar para la protección del medio ambiente que para leña (Aulaqi, 1982). Experiencias tales como éstas tienden a desacreditar la creencia general de que la leña puede aislarse de otros problemas de los campesinos pobres y que la plantación de arboles exclusivamente para este fin es una respuesta adecuada.

38) Un árbol - ¿sólo para leña?

Sin embargo, la plantación de especies arbóreas es sólo una de las muchas respuestas a la escasez de leña. Otras respuestas locales posibles, tales como dedicar más tiempo a recoser madera, cambiar la manera de cocinar o utilizar menos leña sustituyéndola por otros combustibles como paja y excrementos, pueden tener un costo mas bajo y mayores beneficios que plantar arboles expresamente para leña. La gente está interesada en el cultivo de ellos, pero por otras razones quizás mas importantes. Sin embargo, es necesario señalar que confían plenamente en obtener combustibles de los arboles que han sido plantados para otros fines.

6.2 Programas de producción múltiple

Algunos de los programas que han fomentado el cultivo forestal con el fin de proporcionar productos múltiples, han conseguido un éxito considerable. Esta experiencia refuerza la opinión de que los agricultores valoran mucho los arboles por la variedad de insumos destinados a sus casas y a sus sistemas de cultivos; buscan aquellas especies que les sumunistren la mayor cantidad posible de tales insumos, y tratan de encontrar las estrategias para cultivarlas que mas se adapten a su sistema de producción al mínimo costo.

En América Central, el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), ha convencido a 90 agricultores de la zona de Piedades Norte, en Costa Rica, a plantar aproximadamente 50 000 arboles promoviendo diferentes tipos de sistemas de plantación, tales como barreras vivas, arboles para sombra y cortinas cortavientos. Los viveros locales proporcionaron diversas especies de uso múltiple que los campesinos incorporaron rápidamente a sus sistemas de cultivo. En una encuesta reciente, ellos mismos dieron varias razones para participar en el programa; pero especificaron una en especial: siempre mencionaron usos alternativos al igual que complementarios (Jones y Campos, 1983).

Otros beneficios menos directos, tales como el mejoramiento del suelo y de la producción agrícola, pueden también ser motivo para el cultivo de arboles. En la década de i960, un programa llevado a cabo en la isla de Timor, en Indonesia, intentó reducir la pérdida de suelo construyendo terrazas en las fuertes pendientes volcánicas de la región de Sikka; pero se comprobó que era una operación muy cara y requería una mano de obra intensiva. En 1972, una cooperativa de agricultores introdujo la plantación de barreras vivas de Leucaena a lo largo de las curvas de nivel. Una misión católica local, ayudó posteriormente en este esfuerzo, y después de diez años se hablan parcialmente construido terrazas en más de 45 000 hectáreas de tierras degradadas. El objetivo principal del proyecto era la conservación de suelos, pero junto con esto los agricultores han obtenido otros beneficios importantes. La barreras vivas proporcionaron además, abono verde para fertilizar las tierras, forraje para el ganado y también leña (Metzner, 1976; Jones, 1963).

La prevención de la erosión del suelo también ha sido una componente importante en otros programas. En Nyabisindu, Rwanda, el cultivo de árboles en fincas de bajos insumos, ha sido incorporado a los sistemas agrícolas de los pequeños propietarios amenazados por la erosión del suelo. El proyecto agropastoral ha estimulado el establecimiento de árboles y barreras vivas en las pequeñas fincas degradadas, como parte del esfuerzo para mejorar la agricultura local y el desarrollo de la ganadería. Hay unos 170 viveros locales que producen más de 5 millones de plantas al año, de los cuales el 30 por ciento son árboles frutales. Hasta 1981 se habían mejorado 3 000 hectáreas de tierras para cultivo mediante la plantación de vegetación arbórea, y otras 4 000 hectáreas estaban sometidas a control de la erosión (Behmel y Neumann, 1982).

La respuesta agrícola a la plantación de árboles variará de un lugar a otro, de acuerdo a la fertilidad básica del suelo, a los sistemas de cultivo y a las prácticas agrícolas. Sin embargo, numerosas investigaciones indican que la producción de arboles junto a los cultivos agrícolas, proporciona beneficios en términos de mejoramiento de la fertilidad del suelo, retención de agua, temperatura del suelo y otras características afines que afectan a la producción de cultivos (Chandler y Spurgeon, 1979s de las Salas, 1979s MacDonald, 1982s Huxley, 1983s Arnold. 1983s Nair, 1984s Catterson, 1984).

Se ha informado que en un proyecto de cortinas cortavientos con Azadirachta indica, en el valle de Majjia, en Níger, los campos de mijo han aumentado el rendimiento en un 23 por ciento. Entre 1975 y 1980, se habían plantado más de 100 kilómetros lineales; cada kilómetro de cortinas cortavientos protegía por lo menos 10 hectáreas de tierras agrícolas (Bognetteau-Verlinden, 1980). En estudios realizados en Burkina Faso y Senegal, se ha registrado en los campos de mijo un aumento medio del 50 por ciento en tierras cubiertas por Acacia albida (Direction des Eaux et Forêts. 1965; Felker, 1978). En otro estudio de Burkina Faso, se compararon 47 parcelas de árboles mejoradas con 48 parcelas testigo y se observó en las primeras, un aumento medio del 10 por ciento en la producción de mijo y de sorgo (Wright, 1985s ver también: Gulick, 1984).

Por otra parte, si bien los árboles pueden constituir generalmente una parte productiva de un sistema agrícola, su plantación puede tener un efecto negativo sobre el rendimiento de los cultivos, así como también pueden dificultar la producción ganadera. En realidad, hasta qué punto los agricultores planten árboles, dependerá de cómo vean el equilibrio entre los costos y los beneficios que esto involucra. Donde hay abundancia de bosques y madera, las razones para plantar pueden no ser convincentes. Donde hay escasez de ambos, estos cultivos pueden exigir un sacrificio y esfuerzo considerables y los costos percibidos pueden ser mayores que los beneficios que puedan proporcionar.

En los programas de fincas forestales es característico que los agricultores tengan la responsabilidad total del manejo al cultivar árboles en sus propiedades. La contribución de los organismos de apoyo se limitan a proporcionar asesoramiento técnico y ocasionalmente insumos tales como plantas.

Puesto que muchos de loe productos sólo se pueden obtener teniendo árboles incorporados al sistema agrícola, el cultivo de ellos, a este nivel, a menudo existe junto a la silvicultura comunal. Por ejemplo, en las zonas de montaña de Nepal, los agricultores tienden a cultivar en sus tierras árboles frutales y forrajeros, y dependen de los bosques y plantaciones comunales para su abastecimiento de leña y madera de construcción. Sin embargo, en muchas situaciones puede ser preferible la plantación a nivel familiar que la de parcelas forestales comunales, debido al mayor control que éstas permiten sobre el manejo y acceso a los beneficios. En muchas ocasiones, se ha observado que donde coexisten el manejo de los arboles privado y comunal, los índices de supervivencia y crecimiento son más altos en el primero.

39) Canastas llenas de plantas gratuitas - fáciles de transplantar

6.3 Fortalecimiento del manejo de árboles para uso doméstico

Las actividades de las fincas forestales para producción doméstica, deben tener sentido tanto en el marco del proyecto como desde la perspectiva de cada agricultor. Donde los objetivos del programa coinciden con las prioridades locales, las posibilidades serán prometedoras. Sin embargo, el alcance de estos programas estará determinado por el grado en que mujeres y hombres campesinos crean que se beneficiaran con ellos.

Es mucho lo que se puede ganar mediante la concentración de esfuerzos para mejorar progresivamente los sistemas existentes de uso de la tierra. En muchos casos, el uso habitual de los terrenos y las practicas de manejo de los arboles pueden proporcionar una base importante para la introducción de otras innovaciones. Las intervenciones técnicas que son compatibles con las prácticas existentes, tienen la ventaja de que los agricultores locales pueden darse cuenta con mayor facilidad de sus repercusiones y comprender mejor sus efectos (Raintree, 1983).

En Costa Rica, donde los sistemas agroforestales tradicionales se encuentran ya bien desarrollados, las intervenciones se han centrado en una “fina sintonización” de esos sistemas para aumentar su productividad global. Los agricultores, por ejemplo, han ensayado voluntariamente nuevos tipos de árboles para sombra en sus plantaciones de café (Budowski. 1983).

Podría ser útil investigar si en otras zonas, las prácticas de uso de la tierra están evolucionando en forma tal que permitan que las fincas forestales puedan ser incorporadas. Por ejemplo, en Kenya, el aumento de la presión sobre las tierras agrícolas redujo el número de árboles de fácil acceso. La madera ha pasado de ser un bien gratuito abundante a un producto básico valioso que hay que proteger y perpetuar (Brokensha, et al., 1983a). Un estudio reciente de la cubierta arbórea en el Distrito de Kakamega, que se encuentra sometido a una gran presión democrática, puso de manifiesto que casi el 80 por ciento de las familias campesinas habían plantado árboles en sus tierras. Quizás, sea incluso mas importante señalar que un eran número de familias cultivaban especies arbóreas en sus propios viveros. Un descubrimiento inesperado fue que parece existir una correlación directa entre la densidad de población y la cubierta arbórea: a mayor población, mayor es la superficie de tierra dedicada al cultivo de biomasa leñosa (van Gelder y Kerkhof, 1984; Brandley, 1980).

Incluso en la misma comunidad, algunas personas pueden estar más interesadas por la plantación de árboles que otras. Su interés puede estar definido por su posición de propiedad de la tierra, su situación económica o su acceso a otros recursos, tales como plantas y asesoramiento técnico. En último término, un agricultor estará interesado en el cultivo de árboles si hay a su alcance una opción técnica viable que responda a las necesidades domésticas.

Por lo tanto, los programas de fincas forestales deberían reflejar las necesidades y posibilidades de cada unidad agrícola. Ya que éstas serán diferentes de una familia a otra, la introducción de varias estrategias distintas, permitirá a los agricultores elegir una opción adecuada en lugar de tener que decidir si desean o no adoptar una sola técnica (Raintree, 1981).

En algunos casos especialmente donde se están produciendo cambios rápidos en el sector rural, los campesinos pueden no darse cuenta todavía, de la aparición de problemas fundamentales en el uso de la tierra y que requieren su atención. Posiblemente no tengan conciencia de que la escasez de leña requiere estrategias a largo plazo para satisfacer la demanda futura. En tales situaciones, es conveniente vincular la solución de los problemas no planteados o de baja prioridad a la solución de los conocidos o de mayor prioridad (Raintree, 1983). La introducción de sistemas de cultivo de árboles de uso múltiple puede ser especialmente apropiada.

En términos prácticos, el elemento principal de la mayoría de los programas será la calidad y la disponibilidad del asesoramiento técnico adecuado para las mujeres y hombres campesinos, así como el grado en que éstos pueden fácilmente obtener los materiales necesarios para plantar. Aunque los campesinos puedan conseguir con frecuencia plantas de germinación natural, los viveros pueden suministrar una gama más amplia de especies, incluyendo variedades mejoradas o introduciendo plantas exóticas (donde sea apropiado), así como también las plantas que en otras circunstancias puedan tener una germinación y crecimiento difíciles. Las plantas que se cultivan bajo condiciones controladas garantizan además un grado de control de calidad y selección proveniente de un árbol genéticamente fuerte. Los viveros, también pueden ser un lugar de reunión para demostraciones y actividades de extensión.

40) ¿Mejores plantas desde el vivero?

Es enormemente importante que los viveros respondan a las necesidades locales. Deben ser capaces de producir las plantas que son solicitadas y que son adecuadas ambientalmente. Demandas de los productos de madera, frutas, nueces, hojas y brotes comestibles, forraje animal, taninos, colorantes, cortezas, fibras, medicinas y diversas gomas y aceites pueden ser un incentivo para plantar arboles. La mezcla mas apropiada de especies que un vivero debe tener en existencia, sólo puede ser determinada si la población local interviene directamente en el proceso de selección de las plantas. Esto puede conseguirse mediante encuestas, entrevistas y discusiones que incorporen las opiniones de todos los sectores de la población particularmente de las mujeres, que son, con mayor frecuencia las responsables de recoger leña, alimentos, forraje y otros productos forestales.

Cuando introducen nuevos tipos de árboles o nuevos métodos para incorporarlos a los sistemas agrícolas, las plantaciones demostrativas jugarán casi con seguridad una importante función en establecer la confianza y el apoyo local. A pesar de todas las ventajas teóricas de las nuevas técnicas para plantar, de las nuevas especies o del hecho que pueden ser muy usadas en otras partes del mundo, es probable que los agricultores locales consideren tales criterios con escepticismo, mientras éstos no están ampliamente probados. No obstante, una vez que la población local esté plenamente convencida de las ventajas de las nuevas técnicas o especies, su adopción podrá generalizarse rápidamente.

41) Las mujeres saben de leña

6.4 El alcance de la finca forestal en el uso doméstico

Las actividades de producción en fincas forestales para uso doméstico que se centraban en un sólo beneficio, tal como la leña, a menudo no han podido mantenerse durante largo tiempo. Los programas que han incorporado especies forestales, para uso múltiple en los sistemas de producción agrícola, han recibido mayor apoyo. Las estrategias agroforestales pueden ayudar a reducir la erosión del suelo y aumentar la producción agrícola, mediante efectos complementarios entre los bosques y la agricultura, pudiendo además mejorar el medio ambiente humano.

Fomentar las fincas forestales, para satisfacer las necesidades de subsistencia, es especialmente conveniente donde los árboles pueden mejorar las condiciones de la gente que vive en los márgenes de pobreza rural. Dado que este criterio supone la integración óptima de los bosques con la agricultura (no la producción máxima de biomasa leñosa, como en la mayoría de los enfoques de las fincas forestales para el mercado), la competencia entre los cultivos para alimentos y la agricultura, rara vez será un problema. Como esas estrategias se caracterizan por la baja intensidad de manejo, generalmente la disponibilidad de mano de obra no será un problema.

Sin embargo, hay varias limitantes importantes para este tipo de silvicultura, las cuales se repiten en otras estrategias de silvicultura social. Tal vez, la mas significativa sea la cuestión de la tenencia de la tierra y de los árboles. Si los agricultores no están seguros de que verán los beneficios de sus inversiones en la plantación forestal, lo normal será que no desearán invertir; si el tamaño de la propiedad de un campesino es muy pequeño, habrá una fuerte competencia entre la vegetación mayor y la producción de cultivos agrícolas, ya que los primeros generalmente no producen los alimentos básicos.


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