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1. Seguimiento y evaluación: ¿de qué se trata?


¿Qué es el seguimiento?
¿Qué es la evaluación?

¿Qué es el seguimiento?

El seguimiento de un programa de fogones mejorados es un proceso que comprende la recolección y el análisis de datos para comprobar que el programa cumple los objetivos que se proponen las autoridades, los donantes, el director del programa, y -lo que es más importante- que responde a las necesidades de los usuarios y de los fabricantes y vendedores. Es, pues, una parte esencial de la administración de un programa de fogones mejorados.

Los programas de seguimiento pueden ayudar a:

a) determinar si los diseños de nuevos modelos son aceptables para todos los miembros de un hogar, o si se precisan modificaciones para hacerlos aceptables;

b) calcular el número de unidades en servicio y su frecuencia de utilización (lo que constituye una medida directa de la aceptación);

c) determinar el rendimiento del nuevo modelo en comparación con los modelos utilizados normalmente, para ver si ese cumple los requisitos fijados en el proyecto y pedidos por los usuarios, por ejemplo uso eficiente del combustible, tiempo de cocción, características de funcionamiento y duración;

d) determinar si se alcanzan las metas en cuanto a adopción y uso;

e) determinar la cantidad, la calidad y el costo de los fogones producidos por fábricas, artesanos, usuarios y extensionistas, y la posibilidad de mejorar los procesos de producción;

f) determinar otros efectos que pueda producir la introducción de fogones mejorados;

g) reunir más datos sobre necesidades y recursos.

El seguimiento puede empezar en cualquier fase de un programa de difusión de fogones mejorados. Lo mejor es que se inicie al principio del programa y continúe hasta la terminación de éste. Pero, si un programa que ya está en curso no tiene sistema de seguimiento, siempre es factible y aconsejable empezarlo.

Los programas para divulgar el uso de fogones mejorados pueden dividirse en varias fases, en cada una de las cuales pueden recolectarse datos útiles de diversos tipos.

a) Determinación de las necesidades iniciales

Al principio del programa es preciso determinar las necesidades de los usuarios, comprender las prácticas culinarias establecidas y determinar la capacidad y las necesidades de las personas que construyen actualmente los fogones y de quienes están en condiciones de construir modelos mejorados. Es también importante tratar de concretar estrategias viables de ensayos y distribución.

b) Diseño y ensayo

Una vez determinadas las necesidades, se modifican los fogones existentes, o se diseñan y ensayan nuevos fogones en condiciones semejantes a las de un laboratorio. Se pueden dar o vender a las familias algunas unidades para evaluar y comprobar su funcionamiento en los hogares. Si estos fogones son aceptables, podrá emprenderse una fase de extensión de los ensayos. Si no resultan aceptables, será preciso proceder a nuevos estudios y ensayos.

c) Extensión

Durante la fase de extensión de los ensayos, se formularán probablemente varias estrategias para construir y distribuir los fogones. Pueden establecerse y adecuarse entonces programas de capacitación para usuarios, productores y extensionistas. Es posible iniciar programas de promoción y asignar a algunas personas la función de visitar a las familias que poseen un fogón mejorado para preguntarles su opinión. Nuevos trabajos de investigación y desarrollo pueden contribuir a mejorar constantemente el rendimiento, la facilidad de construcción y la aceptabilidad de los nuevos fogones y a bajar su costo. Pueden desarrollarse también nuevos modelos en atención a las necesidades de otras personas.

d) Difusión

Si este programa de extensión tiene éxito, podrán emprenderse programas más ambiciosos de difusión, normalmente en el marco de un programa nacional específico. Lo que se pretende con estos programas es la construcción, la distribución y la venta de fogones en gran escala. La producción puede realizarse en los hogares, en talleres artesanales de aldea o en grandes fábricas. La distribución y la instalación puede confiarse a extensionistas, artesanos especializados o grupos de aldeanos capacitados para tal fin.

En el Apéndice 1 se presenta la secuencia de un programa para la introducción de fogones mejorados. Pueden tomarse decisiones bien fundadas sobre la base de la información obtenida mediante el seguimiento.

¿Qué es la evaluación?


Criterios e indicadores
¿Quién realiza la evaluación?

La evaluación es un proceso mediante el cual los usuarios, los productores, los directores de proyecto, las autoridades responsables y los donantes determinan:

a) si se están alcanzando los objetivos del programa; por qué, o por qué no; si los objetivos son realistas, es decir si el problema se había definido correctamente al principio del programa, y en caso negativo por qué;

b) cómo podría el programa en curso responder mejor a las necesidades de los hogares;

c) el impacto de la introducción de nuevos fogones en grupos específicos de personas u hogares;

d) si se pueden producir los mismos resultados a menor costo.

Gran parte de los datos que se utilizan en las evaluaciones se recolectan o deberían recolectarse durante el programa de seguimiento. Los evaluadores pueden acopiar más información para corroborarla con los datos ya disponibles.

La evaluación se realiza en momentos clave durante la vida del programa. Puede ser al final de la fase inicial de ensayos en los hogares, a intervalos anuales durante la fase de extensión de los ensayos y/o a petición del donante (p.ej., exámenes de mitad de período).

Criterios e indicadores

Para la evaluación se precisan criterios e indicadores. Los criterios son principios o normas en función de los cuales se juzga un objetivo o una tecnología. Por ejemplo, los usuarios podrían decidir que el diseño de un fogón debe satisfacer los siguientes criterios para ser aceptable:

Consumo de combustible:

30% menos que el fogón actual

Tiempo de cocción:

50% menos que el fogón actual

Nivel de emisiones:

Eliminar todo humo en la cocina

Estética:

Mejorar el aspecto de la cocina


Algunos de estos criterios pueden medirse directamente, como por ejemplo el consumo de combustible.

Si la medición directa de criterios no es posible, entonces se utilizan indicadores.

Por ejemplo, para medir los cambios en el aspecto de la cocina, los usuarios pueden decidir adoptar los siguientes indicadores:

a) las paredes están limpias;
b) se han añadido nuevas alacenas y se ha extendido la zona de preparación de alimentos;
c) hay más elementos ornamentales y decorativos.

Para comprobar si un programa de promoción de fogones ha alcanzado sus objetivos sociales hay que recurrir a indicadores.

Por ejemplo, si un programa se propone estimular la participación local en los programas de desarrollo, algunos indicadores podrían ser:

a) mayor asistencia a las reuniones públicas;
b) mayor número de proyectos comunitarios en ejecución;
c) más actividades cooperativas entre los agricultores.

Los criterios y los indicadores han de ser establecidos por los usuarios, los productores y los vendedores de fogones, así como por los directores del proyecto y los donantes.


Examínense los diversos criterios e indicadores que sugieran distintos grupos de participantes. Podrán ser útiles para la planificación, el diseño, el seguimiento y la evaluación. En el Apéndice 2 se dan ejemplos de posibles indicadores.

¿Quién realiza la evaluación?

La evaluación puede confiarse al personal del programa, a consultores externos o al personal del organismo donante, y también pueden realizarla los usuarios y los productores de los fogones mejorados. Los evaluadores externos pueden considerar el programa sin prejuicios, y al no haber participado en sus éxitos o fracasos pueden ser más objetivos en su evaluación. No obstante, los evaluadores externos pueden interpretar mal la información que obtienen del personal del programa, de los productores y de los usuarios, en especial si el personal local se siente amenazado por la presencia de personas extrañas. La evaluación más efectiva es la que se realiza en colaboración por un equipo de agentes externos, personal del programa, usuarios y productores.


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