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CAPITULO 5 - OPORTUNIDADES DE ACCION


5.1 ESTABLECIMIENTO DEL MARCO POLITICO: DIVERSIFICACION DE LAS ACTIVIDADES FORESTALES PARA RESPONDER A LAS NECESIDADES DE LA GENTE
5.2 INSTITUCIONES: UN APOYO A LOS OBJETIVOS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
5.3 PRIORIDADES DE LA INVESTIGACION
5.4 ENFOQUES
5.5 LINEAS DE ACCION IMPORTANTES
5.6 OBSERVACIONES FINALES

No existen recetas simples sobre cómo integrar los objetivos de la seguridad alimentaria en las actividades forestales. Todavía es limitada la experiencia realizada y hay pocos ejemplos de iniciativas en el campo de la silvicultura - sean ellas exitosas o no - que hayan sido elaboradas teniendo como meta específica la seguridad alimentaria. No obstante, existen muchas oportunidades para la acción y en este capítulo exponemos brevemente algunas de ellas. Tales oportunidades constituyen un punto de partida para ulteriores discusiones sobre cómo puede contribuir mejor la silvicultura a la seguridad alimentaria, así como también la base a partir de la cual se pueden encarar acciones prácticas. Para eso será esencial el apoyo político.

5.1 ESTABLECIMIENTO DEL MARCO POLITICO: DIVERSIFICACION DE LAS ACTIVIDADES FORESTALES PARA RESPONDER A LAS NECESIDADES DE LA GENTE


5.1.1 Definición los objetivos políticos
5.1.2 Políticas de uso de la tierra: promoción de usos estables
5.1.3 Un enfoque totalizador

Para que la silvicultura desempeñe un papel en la mejora de la seguridad alimentaria se necesita un marco político más amplio y flexible, que dé el apoyo necesario a los programas e iniciativas específicos.

5.1.1 Definición los objetivos políticos

Las políticas forestales nacionales generalmente se presentan bajo la forma de declaraciones de intenciones generales que tienen una vasta gama de objetivos, que incluyen los relativos a la producción, al ambiente y al desarrollo. En el pasado, las políticas forestales tendieron a dirigirse sobre todo a maximizar los ingresos y las divisas extranjeras resultantes de los montes y a asegurar el suministro de materias primas a las grandes industrias dependientes de los mismos. Como resultado de eso, las necesidades de la población local a menudo quedaron en segundo plano.

Concentrarse sobre la seguridad alimentaria exige un cambio de orientación fundamental en la línea de para quién son administrados los bosques, dejando de preocuparse fundamentalmente por los comerciantes de madera y las tesorerías gubernamentales para pasar a hacer hincapié en la población local. Para ello se necesita una gama de objetivos políticos mucho más amplia y más flexible que permita la opción entre diversos programas. Ello implicará incorporar las necesidades de alimentos e ingresos de la población local como elemento mucho más destacado de la política forestal global y extender la planificación y la gestión forestales para incluir en ellas una mayor participación de la gente del lugar.

Además, es necesario revisar las actuales políticas forestales a la luz de la preocupación por la seguridad alimentaria. Son particularmente importantes:

* el cambio de las medidas políticas que impiden el ensanche deseado de los usos forestales (por ejemplo, cambiar la legislación que discrimina a los usuarios de los productos forestales no madereros o el acceso a la madera por las pequeñas empresas);

* substituir las limitaciones legales o de otro tipo que desalientan el cultivo de árboles fuera de los montes, con incentivos y otras medidas que promueven un uso más eficaz de los árboles en los sistemas de cultivo;

* desarrollar y aplicar reglamentaciones que minimicen el impacto negativo de grandes industrias madereras sobre el ambiente y la gente del lugar;

* modificar las leyes forestales para reconocer en ellas las necesidades de las familias pobres y sin tierra y para aumentar la participación de éstas en las actividades forestales dirigidas a obtener ingresos y alimentos.

5.1.2 Políticas de uso de la tierra: promoción de usos estables

Para los problemas relativos a la seguridad alimentaria es de importancia central todo lo referente a la tenencia de la tierra y las políticas para el uso de la tierra así como la planificación de éste. Tal como se discutió en el Capítulo 2, muchos problemas ambientales causados por la actividad forestal como la tala de árboles en las laderas inestables (que, por ejemplo, causa aludes y el embanque de los ríos y canales de riego) pueden tener efectos desastrosos para la producción y el suministro de alimentos. Las cuestiones relacionadas con el control y la gestión de las áreas forestales, así como los derechos de la gente a los productos forestales provenientes de sus propias explotaciones, tienen todas importantes implicaciones en lo que se refiere al modo en que pueden ser usados los recursos arbóreos y forestales para ayudar a resolver los problemas de la seguridad alimentaria.

Políticas de uso de la tierra

En algunos casos las políticas de uso de la tierra de las diferentes divisiones gubernamentales tienen objetivos contradictorios. Además, las políticas del Gobierno pueden alentar, activa o tácitamente, prácticas que son ambientalmente nocivas y que, desde el punto de vista del desarrollo, resultan desastrosas para los pobres.

La tala de frágiles zonas de bosques tropicales para crear tierras de pasto para la cría de ganado o para una producción cerealera insostenible es uno de los ejemplos más obvios. Muy a menudo ello llevó a una rápida pérdida de la fertilidad del suelo, seguida por la erosión y daños permanentes al mismo. Aunque a corto plazo pueda elevar la producción de alimentos, los efectos a largo plazo son el deterioro del recurso básico y la destrucción de toda posibilidad de una producción estable.

Reforma agraria

En lo que respecta a la cuestión de la conversión de la tierra boscosa a la agricultura, la mayor parte de los programas de reforma agraria y de colonización forestal han considerado a los montes tierras aptas para la expansión agrícola. En muchos casos ha habido una consideración inadecuada de la posibilidad de dedicar esa tierra a una producción alimentaria estable. El resultado ha sido que vastas zonas se deterioraron llegando a un punto de productividad mínima, a pesar de las grandes inversiones realizadas en la tala del monte, en infraestructuras, subsidios e incentivos.

Se necesita un enfoque más cuidadoso y creativo tanto en lo que respecta a la selección de la tierra que podrá ser destinada a un uso agrícola tanto como en el estímulo que debe ser dado a un uso estable de la tierra, quizás combinando los árboles y los cultivos. En algunos casos existen opciones a la tala que pueden ser más eficaces para brindar a los colonos una forma estable de vida. Ellas incluyen el mantenimiento de la cobertura forestal y el desarrollo de la tierra para usos silvícolas, al mismo tiempo que se promueve el empleo y las oportunidades de obtener ingresos. El incremento de las oportunidades locales de la explotación forestal podría otorgar a la gente un modo de vida estable sin correr el riesgo del deterior ambiental.

Es importante que la planificación del uso de la tierra no sea considerada simplemente un ejercicio científico, divorciado de las realidades locales. Sólo se podrán desarrollar planes realistas si se tienen en cuenta las dificultades que la gente enfrenta y los conflictos de intereses que a menudo se presentan, y las necesidades, las perspectivas y los conocimientos locales.

Control de las tierras forestales

En el uso y control de las tierras boscosas, el concepto de custodia sigue dominando la política forestal. Sin embargo, mantener la custodia de dicho tipo de tierras no debería ser un fin en sí mismo. Aunque podrían existir fuertes argumentos a favor del mantenimiento del control de las tierras boscosas, en ciertas circunstancias son necesarios enfoques de gestión alternativos. En muchos casos las necesidades de la población local desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, serán mejor atendidas con un manejo forestal flexible, seguido de cerca y que responda a las necesidades y circunstancias locales. Estos enfoques podrían incluir la transferencia total o parcial de la propiedad de las tierras boscosas a la población local y la devolución a las comunidades locales, en diferentes grados, de la responsabilidad por el control y el uso de los recursos forestales.

Tailandia: Cultivadores itinerantes desbrozando tierra boscosa para plantar sus cultivos.

En Tailandia se ha elaborado un sistema de "aldea forestal" para radicar los cultivadores itinerantes en las zonas boscosas. El departamento forestal emplea a los aldeanos para crear plantaciones frutales y les permite plantar sus cultivos entre los árboles. A cada familia también se le otorgan 2,4 hectáreas para su propio uso. No se dan títulos sobre la tierra, pero sí permisos de uso que pueden ser heredados pero no vendidos. Además, el departamento forestal ayuda suministrando vivienda, capacitación vocacional, escuelas y otras infraestructuras de apoyo.

El desarrollo de programas alternativos de gestión y de custodia exige un conocimiento detallado de las condiciones locales y éste depende a su vez tanto de ganar la confianza de la población local como de dar a ésta el apoyo que necesita para asegurar una gestión estable del recurso forestal. A largo plazo, los beneficios del desarrollo de la capacidad local de encarar los problemas mediante una acción colectiva podrían ser incluso más importantes que las ganancias a corto plazo resultantes de los productos o servicios que los árboles proveen.

5.1.3 Un enfoque totalizador

Tal como observamos en un comienzo, la seguridad alimentaria es un problema tan complejo como los ambientes rurales en los que operan los técnicos forestales. Por consiguiente, y a todos los niveles es necesario un enfoque más integral, global, que incluya la planificación, la investigación, los programas de desarrollo y el manejo forestal; un enfoque que se basará sobre la experiencia de mucha gente y de muchas instituciones y que las integrará entre sí. Tal como hicimos notar más arriba, es importante la coordinación entre las políticas forestales y las que se aplican en otros sectores de la economía para poder responder a los problemas planteados por la seguridad alimentaria. Existe la necesidad urgente de salir del actual enfoque estrecho en la elaboración de la política para pasar a otro que integre la silvicultura, la agricultura, la ganadería, la industria y el desarrollo de modo tal que se complementen en vez de competir entre sí. Por ejemplo, en los programas forestales dirigidos a mejorar el bienestar social de los habitantes de las zonas forestales serán necesarios importantes insumos provenientes de otros sectores no forestales, como la educación y la salud, así como también infraestructuras. Los programas integrados tienen muchas más posibilidades de hacer frente a los problemas de la seguridad alimentaria que las iniciativas forestales por sí solas.

Las relaciones que existen entre la silvicultura y la agricultura merecen una atención especial. Tal como demostramos en los Capítulos 3 y 4, los árboles cultivados en las tierras agrícolas contribuyen de muchos modos a la seguridad alimentaria familiar. Esa contribución ha sido ignorada en gran medida tanto por los expertos forestales como por los técnicos agrícolas. Claramente, es necesario reforzar la cooperación entre ambas categorías para planificar la extensión y la ejecución de programas y para obtener una asociación más eficaz para el trabajo con los agricultores tratando de resolver los problemas que éstos enfrentan.

5.2 INSTITUCIONES: UN APOYO A LOS OBJETIVOS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

Los cambios de política no alterarán por sí solos las actividades forestales para incluir en ellas objetivos relacionados con la seguridad alimentaria. Los profesionales forestales y sus instituciones, sí lo harán.

Las actuales estructuras institucionales son en muchos casos poco adecuadas para enfrentar los desafíos planteados por los problemas de la silvicultura y de la seguridad alimentaria. Lo que se necesita es una cooperación mucho mayor entre los departamentos de agricultura, silvicultura, ganadería y otros que participan en la gestión del desarrollo y de los recursos naturales. Además, dentro de las propias instituciones forestales, es necesaria una base de profesionales más amplia. En particular, más personal preparado en ciencias sociales. Se necesitarán nuevos tipos de formación para los profesionales forestales y los extensionistas, para entregarles las habilidades que les permitan trabajar en unión más estrecha con los aldeanos.

Sin duda en muchos países se han logrado en los años recientes, importantes progresos en la ampliación del papel de la actividad forestal para hacer que responda a las necesidades de la población. Para quienes han participado en este esfuerzo, uno de los problemas es que los sistemas de premio y de carrera no siempre recompensan adecuadamente esas actividades. Cuando se emprenden proyectos innovativos, existe un gran riesgo de fracaso y de error. Esos problemas subrayan la necesidad de un adecuado apoyo institucional a los nuevos programas, especialmente a los diseñados para trabajar directamente con la comunidad.

Los profesionales forestales, especialmente aquéllos que están en los niveles más bajos y que están en contacto con la población local, deben desarrollar nuevas tareas convirtiéndose en intermediarios entre el Gobierno central y la población local; en intérpretes de las necesidades y aspiraciones locales; en facilitadores, ayudando a la comunidad a organizarse y a desempeñar un papel activo en la gestión forestal; y en abogados de los pobres y desaventajados. Tales papeles representan un cambio radical para muchos servicios forestales, pero son necesarios si la actividad forestal va a encarar los problemas de la seguridad alimentaria. También representan un cambio radical para la mayor parte de los enfoques de los servicios de extensión que, actualmente, buscan soluciones predeterminadas. Al elaborar el programa de extensión es necesario desarrollar las comunicaciones en las dos direcciones, con contribución local.

A los departamentos forestales se les abre igualmente una variedad de nuevos enfoques organizativos. Una posibilidad consiste en crear una separación formal de las funciones política y de extensión de los departamentos forestales, tal como sucedió recientemente en Senegal. En Nepal, se estimuló a algunas aldeas a construir una "política forestal aldeana" para ayudar a proteger los bosques locales. En ambos casos el objetivo era crear una relación de asociación en vez de dejar que el servicio forestal y la gente se viesen como adversarios (Lai y Khan, 1986).

Es también vital incluir más mujeres en las agencias de investigación, planificación y extensión. Si se quiere que los esfuerzos en pro del aumento de la seguridad alimentaria resulten exitosos, hay que incorporar sistemáticamente a las instituciones y los programas las preocupaciones de las mujeres y a las mujeres mismas. Uno de los mejores modos de lograrlo consiste en emplear más personal femenino, a todos los niveles.

Por último, los Departamentos Forestales pueden utilizar los servidos especializados de otras instituciones y especialmente de aquéllas que ya están promoviendo el desarrollo a nivel de comunidad. Entre ellas se destacan las organizaciones no gubernamentales (ONGs). Las ONGs pueden ser particularmente útiles, innovativas y flexibles y a menudo están bien preparadas para el trabajo a nivel de la comunidad.

5.3 PRIORIDADES DE LA INVESTIGACION

En todo este informe hemos destacado el carácter empírico de nuestra comprensión de los lazos existentes entre la silvicultura y la seguridad alimentaria: desde los efectos de la deforestación sobre el nivel de las precipitaciones pluviales hasta la importancia de los alimentos provenientes de los bosques durante las situaciones de emergencia creadas por la sequía. Sin duda en todos los aspectos de la silvicultura y de la seguridad alimentaria la investigación es sumamente necesaria.

La más importante es la investigación que encara el problema clave de cómo pueden los profesionales forestales integrar sus actividades en los objetivos de la seguridad alimentaria. En general, las iniciativas forestales tendrán como centro cuatro áreas principales: el mantenimiento y desarrollo de los productos forestales vitales para la seguridad alimentaria local (por ejemplo, el suministro de alimentos de origen forestal); la reducción al mínimo del efecto negativo para la seguridad alimentaria de las actividades forestales (por ej., las técnicas de cosecha y el deterioro de la calidad del agua); la mejora de la producción de alimentos (por ej., mediante la mejora de la agrosilvicultura y mejores técnicas de conservación); y aumentando los ingresos de la población local provenientes de los bosques (por ej., mediante el desarrollo de pequeñas empresas transformadoras). También resulta imperativo comprender cómo utiliza y administra la gente los bosques que la rodean, especialmente desde el punto de vista de sus necesidades de seguridad alimentaria. Apoyarse en esta base de conocimientos permitiría obtener una de las mayores oportunidades de investigar.

En muchas comunidades rurales hay una gran riqueza de conocimientos sobre las especies forestales, su ecología, su gestión y su uso. En algunas áreas, sin embargo, ese conocimiento está desapareciendo pues los recursos naturales están cambiando, las sociedades cambian y las prácticas tradicionales mueren. En tales casos, la investigación es urgentemente necesaria pues la información dará claves inapreciables sobre la ecología de las diferentes especies, sobre cómo pueden ser ellas manejadas para obtener una producción estable y sobre sus usos.

A nivel técnico existe una amplía gama de posibilidades para mejorar el manejo de los bosques y utilizar mejor los árboles dentro de la explotación agrícola. Algunas de las más importantes prioridades para la investigación pueden ser resumidas del modo siguiente:

* investigación para desarrollar técnicas de recuperación de zonas denudadas y degradadas - por ejemplo, tierras afectadas por la salinización o la desertifícación- utilizando árboles y métodos propios de la agrosilvicultura, para restituir a esas tierras su uso productivo;

* estudios para comprender el efecto de los bosques y los árboles sobre la disponibilidad de humedad para la agricultura, lo cual incluirá problemas como el efecto de los bosques sobre la distribución de la lluvia, la reconstitución de la capa freática y las inundaciones. Se necesitan tanto estudios a nivel de las cuencas individuales como de los grandes sistemas de ríos y montañas, tales como los Himalayas, el sistema del Nilo, la cuenca del Amazonas;

* investigaciones para delucidar los mecanismos de la interacción entre las plantas, por un lado, y entre las plantas y los animales, por el otro, en sistemas mixtos de uso de la tierra y para evaluar las interacciones complementarias y competitivas entre los diferentes componentes de esos sistemas y sugerir modos de optimizar una producción estable;

* investigación para desarrollar opciones de bajo costo que reduzcan al mínimo la necesidad de insumos externos en fertilizantes y pesticidas y maximicen los beneficios de la fijación del nitrógeno, del ciclo de los nutrientes y de la adición de materia orgánica en las combinaciones de árboles y cultivos;

* estudios para aumentar la producción regular de los bosques y sistemas agroforestales mediante la selección de especies, la mejora de la reserva genética y nuevas técnicas de cría y propagación;

* investigación sobre el manejo para una producción estable de árboles y bosques para usos múltiples;

* investigación orientada hacia la identificación, el manejo y la ampliación del uso de las especies de plantas y animales subexplotadas de los hábitats forestales, que debe ser coordinada con los esfuerzos en pro de la conservación de los recursos genéticos utilizando tanto enfoques in situ como ex situ.

Tal como en el caso de los otros aspectos del desarrollo de programas tendientes a satisfacer los objetivos de la seguridad alimentaria, los investigadores necesitan ampliar sus métodos realizando estudios interdisciplinarios e inventando metodologías, que son urgentemente necesarios para desarrollar sistemas forestales y de cultivos multicomponentes. Estos necesitan incorporar a los sistemas de producción tanto los aspectos biológicos como los socioeconómicos.

Asegurar que las actividades investigativas, tanto si son realizadas por universidades como por otras instituciones, se apoyen firmemente en la realidad de las condiciones y de los problemas locales es una prioridad fundamental. Demasiado a menudo la investigación se convierte en un fin en sí mismo y se divorcia del proceso de desarrollo al que se supone debe servir. Un modo de guardarse de incurrir en esa tendencia consiste en hacer creciente hincapié en la investigación en la unidad productiva, y ello, en muchos casos, resultará esencial si se quiere que las nuevas técnicas sean transferidas con éxito desde el laboratorio o instituto de investigación al campo.

Por último, hay una gran necesidad de investigar los métodos y los acuerdos institucionales necesarios para crear programas forestales con objetivos de seguridad alimentaria. Por ejemplo, ¿qué tipos de prácticas de manejo forestal flexibles pueden experimentar los departamentos forestales? ¿Qué tipos de estrategias y enfoques responderán realmente a las necesidades de la población local? Es imperativo que los investigadores no se concentren exclusivamente sobre los productos y servicios de los montes y de los árboles sino que encaren también las condiciones económicas y sociales necesarias para que la gente pueda extraer beneficios de ellos.

5.4 ENFOQUES


5.4.1 Identificación de los problemas
5.4.2 Identificación de los grupos en foco
5.4.3 Importancia de la mujer

Hay varias vías para diversificar las actividades forestales de modo tal que por lo menos hagan frente a algunos problemas de la seguridad alimentaria. A continuación trataremos brevemente algunas de las acciones posibles; sin embargo, no hay que considerar que este esquema es una directiva pues sólo busca ilustrar cuántas actividades forestales pueden ser adaptadas y desarrolladas para ayudar a responder a los problemas locales, en lo que se refiere a la seguridad alimentaria.

Desde el punto de vista de los programas a desarrollar tiene enorme importancia identificar los problemas de nutrición en una zona particular y la población que el problema busca beneficiar.

5.4.1 Identificación de los problemas

Es necesario comprender los problemas relacionados con la nutrición y las carencias existentes en las dietas locales, si se desea que las consideraciones de la seguridad alimentaria guíen la creación de los proyectos y programas forestales. Por ejemplo, en algunas zonas faltan en la dieta nutrientes específicos (por ejemplo, la niacina, en las zonas cuyas dietas se basan en el maíz) o, simplemente, durante una estación no se cuenta con suficientes alimentos. En el primer caso, la introducción del cultivo de árboles ricos en alimentos que contengan niacina podría tener un efecto benéfico. En el segundo, la causa del problema alimentario determinará las soluciones posibles. Si el problema consiste en la escasez de suministro de alimentos, se podría considerar introducir el cultivo de árboles productores de alimentos o facilitar el acceso a los bosques durante la estación del hambre. Si el problema reside en la falta de ingresos para comprar alimentos, podría ser útil el desarrollo de empresas elaboradoras de productos forestales. Hay que observar que, para un programa o proyecto forestal, es igualmente importante decidir qué problemas pueden ser encarados que cuáles no lo pueden ser.

Para identificar los problemas dietéticos será necesaria alguna información básica (que a menudo se puede obtener en los departamentos de sanidad o de nutrición de los diferentes países): por ejemplo, una idea sobre los componentes importantes de la dieta y sobre cualquier deficiencia nutricional generalizada o amplia (como la carencia de vitamina A), identificar quién es particularmente propenso a tener problemas alimentarios dentro de la comunidad, tener una idea de las variaciones de la dieta según las diferentes estaciones y de los recursos utilizados por la gente en situaciones de emergencia; tener información sobre la disponibilidad de alimentos en los mercados y sobre la medida en que la gente depende de los alimentos comprados. Además, se requerirá información sobre el "clima socioeconómico" general como, por ejemplo, las oportunidades de obtener ingresos en la zona.

5.4.2 Identificación de los grupos en foco

Tal como hemos subrayado en toda esta sección, adecuar los programas forestales a los objetivos de la seguridad alimentaria significa realizar actividades para responder a las necesidades (o, por lo menos, las preocupaciones) de la población local. Esta, por supuesto, no constituye un grupo homogéneo que espera ser identificado. Dentro de las comunidades hay, en efecto, muchas divisiones que podrían ser la causa de algunos de los problemas comunitarios en el campo de la seguridad alimentaria. Esas divisiones, sin embargo, no anulan el hecho que los programas y proyectos ajustados a los problemas relacionados con la seguridad alimentaria local deben ser planeados y dirigidos a nivel local.

Muchos factores determinarán para quién (y por quién) está siendo elaborado un programa y ellos dependerán por entero de las condiciones particulares locales. Empero existen unas pocas cuestiones que hay que considerar a un nivel más general, en particular:

* los grupos vulnerables desde el punto de vista de la nutrición en el seno de la comunidad y los grupos o familias más dependientes de los recursos forestales o arbóreos para su bienestar;

* el papel central de las mujeres en la producción de alimentos y la seguridad alimentaria.

Es esencial encontrar cuál de estos grupos es particularmente propenso a los problemas de la seguridad alimentaria si se desea que los esfuerzos se concentren sobre quienes más los necesitan. Esto variará según sean las regiones. Algunos de los grupos más a menudo en riesgo incluyen:
* los pobres sin tierras que dependen del trabajo asalariado para obtener ingresos y que a menudo dependen muchísimo de los cada vez más escasos recursos de propiedad común para conseguir leña, forraje y otras necesidades básicas;

* los habitantes de los bosques y los agricultores itinerantes, que a menudo sufren debido a la carencia de título de propiedad sobre la tierra y por las crecientes presiones externas sobre los recursos forestales y las tierras forestales;

* los pequeños campesinos que carecen de tierra y de los recursos necesarios para garantizar una producción de subsistencia adecuada o una generación de ingresos suficiente y muchos de los cuales están sujetos a la amenaza combinada del deterioro ambiental, de la caída de la fertilidad de la tierra y de la continua fragmentación de las propiedades;

* los pastores, especialmente aquéllos que viven en ambientes frágiles, propensos a las sequías y en zonas donde las tierras baldías se han reducido debido al avance de los agricultores, a la prohibición gubernamental u a otros factores;

* los niños pequeños tienen necesidades dietéticas particulares que no pueden ser satisfechas por las familias más pobres.

Aunque sean diferentes las razones que causan sus problemas, desde el punto de vista de la seguridad alimentaria esos grupos tienen varias características comunes; frecuentemente carecen en efecto, de una voz política eficaz, carecen de capitales y otros recursos y están al margen del curso principal de la economía y de los beneficios sanitarios, educativos, económicos y otros que ella suministra.

Sin embargo, no carecen de apertura y franqueza y desean mejorar sus vidas y la de sus familias si se les da una oportunidad. El desafío consiste en encontrar programas y enfoques que sean eficaces respecto a sus necesidades y en darles la oportunidad de mejorar sus ingresos y su seguridad alimentaria.

5.4.3 Importancia de la mujer

Dado el papel central que las mujeres desempeñan en la producción de alimentos y la seguridad alimentaria, hacerlas participar y responder a sus preocupaciones aportará a los planificadores del programa y a los dirigentes del mismo a una invaluable visión interna de los problemas. Las posibilidades de integración exitosa de las mujeres en la planificación del proyecto mejorarían mucho si se utilizase personal femenino y mujeres extensionistas.

El tiempo de que disponen las mujeres puede asumir una importancia central al elaborar los programas que deben beneficiarlas. Si hay que incluirlas, por ejemplo, en un programa de cultivo de árboles, los trabajos de la eliminación de las malas hierbas, del riego y otros semejantes deben ser colocados en una lista ya bastante cargada de otras tareas. Los proyectos podrían fracasar si la demanda de tiempo de trabajo de las mujeres no puede ser satisfecha y si las mujeres considerasen que los beneficios resultantes del proyecto no compensan el trabajo extra requerido.

5.5 LINEAS DE ACCION IMPORTANTES


5.5.1 Diversificación del manejo forestal para incorporar productos de valor local
5.5.2 Estimular el cultivo de árboles en la explotación agrícola
5.5.3 Apoyo a las empresas pequeñas elaboradoras de productos forestales
5.5.4 Apoyo a la comercialización

5.5.1 Diversificación del manejo forestal para incorporar productos de valor local

Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria de quienes viven en los bosques o en tomo a los mismos, existen varias importantes vías de mejora del manejo forestal: por ejemplo, haciendo hincapié en los productos forestales no madereros para suministrar así una gama de productos más amplia y más completa; incorporando productos de importancia local al desarrollo de la plantación y permitiendo un acceso mejor y más equitativo a los recursos ya existentes.

La expresión "productos forestales menores" resume bien la visión que tienen los círculos forestales convencionales de los productos no madereros de los bosques. Estos tienden a ser tratados como cosa periférica, como una ventaja agregada que puede tener algún interés para la población local pero que no constituye una preocupación importante de las autoridades forestales.

El manejo de los montes necesita centrar su atención en mejorar los recursos ya existentes en éstos, especialmente de aquéllos de importancia local. Se necesita el desarrollo de nuevas habilidades para enfocar un manejo destinado a obtener múltiples productos forestales y múltiples usos de los mismos. Ello no significa que las metas tradicionales de la producción deban ser abandonadas. Lo que se necesita son técnicas que combinen dichos objetivos con el suministro de otros productos usados por la población local, como animales de caza, rotén, bambú, leña, medicinas tradicionales, frutas, miel y otros alimentos provenientes de los bosques.

En algunos casos ello puede requerir la adopción de medidas de conservación de especies útiles o de áreas particulares del bosque natural, en vez de talar. Alternativamente, podría requerir la realización de esfuerzos deliberados para proteger o introducir ciertas especies deseables. Cualquiera sea la vía elegida, como paso preliminar a menudo se necesitará investigar. La concentración tradicional de la atención sobre las especies madereras más valiosas ha dado como resultado que la experiencia en lo que respecta a cómo manejar y cosechar las numerosas otras plantas que crecen en el bosque es, frecuentemente, muy limitada. También es escaso el conocimiento sobre el uso duradero de la fauna silvestre y esas nociones deben ser desarrolladas si se quiere que esa fuente de alimentos sea permanente. Un primer paso consistirá en apoyarse en el conocimiento local del ecosistema y de las prácticas de gestión. De ese modo los expertos forestales podrán contar con informaciones vitales y se abrirá el camino para una gestión en cooperación, que incluya a la población local.

En general, se cree que las plantaciones de bosques y los cultivos de árboles destruyen el suministro de productos forestales no madereros y en particular el hábitat de la fauna silvestre. Aunque esto es cierto en el caso de productos que son eliminados para dejar espacio a la plantación hay un amplio margen para la incorporación de productos de valor local en el manejo de ésta. La aplicación de técnicas de manejo forestal simples, como el dejar manchas de vegetación silvestre, pueden ayudar a mantener las poblaciones de las especies animales silvestres. También se pueden realizar plantaciones intercaladas con cultivos bien demandados; o se pueden crear vallas verdes con vegetación mixta para estimular el desarrollo de las especies animales deseadas. En algunos casos el manejo para obtener productos forestales no madereros podría brindar una fuente de ingresos regular (en vez de un ingreso en una sola vez) para compensar el costo de la gestión.

Mejorar la producción es sólo una cara de la medalla; la otra es obtener un mejor acceso a los recursos: Si los productos de los montes deben beneficiar a la población local, deben también ser disponibles y deben existir formas de manejo que aseguren que aquéllos pueden ser explotados continuadamente en el tiempo.

Otra vez en este caso se necesitarán enfoques nuevos que deberán ser elaborados basándose en las condiciones locales. En algunas situaciones el enfoque más eficaz podría ser que el departamento de montes mantenga un control estrecho sobre el acceso a los recursos, utilizando, por ejemplo, permisos, o administrando la cosecha de productos no madereros y distribuyéndolos directamente a los consumidores locales.

En otros casos, sin embargo, otros enfoques más innovativos podrían resultar más adecuados o más estables a largo plazo. Algunas zonas de los bosques podrían ser dejadas específicamente para los usuarios locales en el marco de una variedad de acuerdos, sea con los individuos, sea con las comunidades.

Se podría hacer acuerdos especiales para permitir el acceso de las mujeres a los recursos forestales o para darles concesiones a los grupos desaventajados. De este modo podría ser posible destinar los beneficios a quienes más los necesitan.

En el caso de los habitantes de los bosques que han estado viviendo en las zonas forestales durante mucho años, una de las vías más eficaces para alentar un mejor manejo de los montes podría consistir en asegurar su derecho de propiedad y de acceso a los recursos forestales. Muchas veces ellos tienen un vasto conocimiento de la ecología local pero se les ha impedido utilizarlo debido a la inseguridad respecto a la tenencia o por la interferencia exterior. Podría ser muy beneficioso darles a estos grupos una participación directa en la gestión continuada del bosque, en el marco de reglas claras sobre la propiedad y el acceso a los recursos. En vez de constituir una parte del problema, como a menudo han sido considerados, los habitantes de los bosques deberían convertirse en parte de la solución.

No se puede esperar que de la noche a la mañana surjan esquemas eficaces de gestión alternativa de los montes. Inevitablemente, tendrán que registrarse tanto éxitos como fracasos. Sin embargo, con imaginación y empeño, estos esquemas ofrecen oportunidades reales de dar a la población local la responsabilidad de la protección y la gestión de los recursos forestales. A largo plazo esto podría ser mucho más realista que el enfoque político convencional del manejo forestal.

5.5.2 Estimular el cultivo de árboles en la explotación agrícola

Uno de los enfoques más promisorios para aumentar la seguridad alimentaria de las familias con tierra, consiste en estimular el cultivo de árboles en la explotación y en los barbechos. Tal como ya hemos analizado, ello puede contribuir de muchos modos a la seguridad alimentaría, dando directamente alimentos y forraje para los animales, mejorando las condiciones para el crecimiento de los cultivos y del ganado y suministrando productos que pueden ser vendidos para obtener dinero contante.

Como enfoque general para una agricultura estable, los sistemas de agrosilvicultura tienen indudables potencialidades, especialmente para los campesinos pobres que no pueden permitirse el uso de fertilizantes y otros insumos externos. Los sistemas tradicionales que existen en diversas partes del mundo pueden ser mejorados y difundidos. También hay un enorme margen para el desarrollo de formas de agrosilvicultura nuevas y mejoradas, utilizando nuevas combinaciones de especies, una mejor selección genética y nuevas técnicas. Sin embargo, para que ese potencial entre en su contexto, hay que reconocer varios puntos:

* las necesidades y perspectivas de los campesinos locales deben constituir la influencia guía para elaborar los sistemas de agrosilvicultura y desarrollarlos de modo óptimo. Sus necesidades relativas de forraje, alimentos, productos madereros, ingresos y otros beneficios dictarán en gran medida cuál es el sistema más adecuado;

* la investigación en la misma explotación agrícola incluyendo a los agricultores resulta vital para sacar a las nuevas técnicas agroforestales de las estaciones de investigación y para generalizar su uso;

* muchas de las interacciones existentes entre los árboles y otros componentes de los sistemas de agrosilvicultura son comprendidas sólo parcialmente todavía, y la mayor parte de las combinaciones posibles de especies y de los enfoques potenciales de manejo, aún deben ser evaluados de un modo adecuado;

* los árboles tanto pueden competir con la producción de cultivos como pueden mejorarla. El componente árboles en los sistema de agrosilvicultura debe ser, por lo tanto, cuidadosamente elaborado;

* las opciones técnicas disponibles dependen en gran medida de las condiciones agroclimáticas. Las técnicas que funcionan bien en las regiones húmedas raramente pueden ser transferidas a las regiones áridas y semiáridas sin ser modificadas y ajustadas de modo considerable;

* los nuevos enfoques de manejo integrado deben corresponder a las oportunidades locales de comercialización y también a las condiciones agroclimáticas;

* la agrosilvicultura no es en todas partes la solución. Existen muchos casos en que los sistemas agrícolas y ganaderos existentes funcionan perfectamente bien y es muy poco lo que se puede ganar introduciendo más árboles.

Por lo tanto, aunque los enfoques de la agrosilvicultura ofrecen excitantes oportunidades de mejorar el nivel de vida de la población rural y de reforzar la seguridad alimentaria, dichos enfoques deben tener firmes raíces en las realidades locales y deben ser puestos a prueba en las condiciones imperantes localmente.

5.5.3 Apoyo a las empresas pequeñas elaboradoras de productos forestales

Gran cantidad de gente sigue dependiendo de la recolección y elaboración de productos de origen arbóreo o forestal como fuente de ingreso. Estos incluyen los productos cultivados en la explotación agrícola y los obtenidos en el monte. Es posible mejorar el nivel de vida de esas personas y reforzar su seguridad alimentaria apoyando tales actividades y ayudando a hacer que sean más lucrativas y estables. Esto tiene particular importancia para los campesinos sin tierra y otros grupos desaventajados, pues, en general ellos son quienes más dependen de estas actividades. Las mujeres, en particular, deben beneficiarse.

Es posible identificar varias opciones:

* garantizar el suministro de insumos materiales de los bosques gubernamentales, a precios controlados o reducidos, y asegurar que las empresas de pequeña escala no deban enfrentar la competencia desleal de las industrias más grandes;

* incrementar el valor agregado de los productos forestales apoyando una mayor elaboración de los mismos por la población local;

* reforzar la capacidad comercial y de administración de las empresas de pequeña escala, alentando las cooperativas de productores, las asociaciones y otros grupos comunitarios;

* desarrollar y promover nuevas tecnologías que incrementen los ingresos, mejorando la eficiencia o la calidad del producto;

* dar incentivos fiscales u otros para estimular la creación de pequeñas empresas;

* mejorar la disponibilidad de crédito a las empresas en pequeña escala para permitirles ampliar su capacidad, crear más empleo y aumentar su giro de negocios y sus beneficios.

Naturalmente, el desarrollo potencial de diferentes empresas en pequeña escala dependerá de varias condiciones locales, especialmente del suministro de materias primas, de las potencialidades del mercado, del acceso al mismo y del suministro de mano de obra. Se necesitará más información para entender cómo diferenciar las empresas viables a largo plazo de aquéllas que a corto plazo podrán ser aplastadas por otras mayores o por productos substitutivos. También será necesaria información para comprender mejor cómo pueden ser apoyadas esas empresas de modo tal que los beneficios vayan a los pobres.

5.5.4 Apoyo a la comercialización

Los beneficios que obtienen quienes venden productos derivados de los árboles, tanto cultivados como silvestres, están ligados al acceso al mercado. En muchos casos, los recolectores y elaboradores de esos productos reciben muy poco por lo que venden. En cambio, la mayor parte de los beneficios son capturados por los intermediarios y por los comerciantes urbanos que operan más hacia el extremo de la cadena de la comercialización.

Son muchas las medidas que pueden ser consideradas como modo posible de ayudar a comercializar los productos de los montes, con el fin de mejorar los ingresos de la población rural:

* reforzar el poder de negociación de los productores creando cooperativas de comercialización o asociaciones de productores;

* suministrar a los agricultores mejor información sobre el mercado para elevar su comprensión de las oportunidades y limitaciones del mismo, advertirles sobre las posibles fluctuaciones de los precios y ayudarles a diversificar lo que producen para disminuir así los riesgos;

* apoyar la comercialización de los productos forestales suministrando transporte y almacenamiento de los mismos, poniendo en contacto los vendedores con los compradores en los mercados y las ferias y dándoles asesoramiento sobre las estrategias publicitarias y de mercadeo;

* ayudando a las mujeres en la comercialización de los productos de los árboles asegurando que ellas tengan un acceso directo al mercado y reciban directamente la remuneración de los bienes que venden;

* creando campañas promocionales para estimular a los consumidores a comprar productos nacionales derivados de los árboles en vez de substitutos importados;

* revisando los controles de precios que ponen un techo al precio de los productos derivados de los árboles y desestimulan una producción estable.

Interferir en las fuerzas del mercado es siempre algo delicado. A veces es difícil predecir los efectos colaterales y es bastante común encontrarse al final del proceso con que se obtuvo exactamente el efecto opuesto al que se deseaba lograr originalmente. Las medidas para apoyar a los productores rurales fijando precios mínimos, por ejemplo, pueden dar como resultado la reducción de la demanda de los consumidores y el paso de éstos a productos alternativos, negando así los beneficios que se suponían previamente. También hay que usar las subvenciones con discreción; aparte de que son caras y difíciles de administrar, pueden estimular entre quienes se supone serán los beneficiarios un grado de dependencia nada saludable que, después será difícil erradicar.

Para ser eficaces, las intervenciones gubernamentales en los sistemas mercantiles deben ser cuidadosamente investigadas y adecuadamente orientadas hacia un blanco preciso. Cuando es necesario dar subvenciones u otras formas de apoyo directo muchas veces será mejor si esas medidas son introducidas durante un período claramente limitado y son eliminadas una vez alcanzado su objetivo. De un modo similar, en vez de ser las agencias del gobierno quienes siguen suministrando información sobre el mercado al igual que otros servicios, muchas veces será mejor y más eficaz si dichas responsabilidades son traspasadas a grupos de los mismos productores que, una vez establecidos, podrían ser más capaces de brindar los servicios y el apoyo necesarios.

5.6 OBSERVACIONES FINALES

Aunque los esfuerzos de la actividad forestal por sí solos no pueden alterar substancialmente los factores sociales, económicos y políticos que son la verdadera raíz de las muchas desigualdades en el suministro de los alimentos, si pueden apoyar la contribución que los bosques (y el cultivo de árboles) dan a la seguridad alimentaria familiar y también apoyarse en ésta. Para reforzar y desarrollar esas contribuciones, los profesionales forestales deben concentrarse sobre nuevas metas y elaborar nuevos enfoques para sus actividades, modificando los actuales enfoques y arreglos institucionales y el vértice tradicional de la atención de la capacitación, la investigación y la extensión forestales pues ellos no están bien adecuados a los objetivos de la seguridad alimentaria.

Las cuestiones relativas a la seguridad alimentaria son especialmente importantes a nivel político. Las políticas de apoyo deben influir sobre la dirección de los programas y proyectos para que el impacto de éstos sobre la seguridad alimentaria y el desarrollo rural sea óptimo.

Esas cuestiones son complejas sobre todo porque el mundo rural vive una permanente transformación, especialmente en lo que respecta a los pobres, desde el punto de vista del acceso de éstos a los recursos físicos, de capital y de mano de obra con los cuales hacen malabarismos para sobrevivir y desarrollarse.

Los capítulos precedentes han sacado a luz algunos de los lazos existentes entre los montes, las actividades forestales y el bienestar de la gente - su abastecimiento de comida durante todo el año. Este enfoque de la seguridad alimentaria subraya el hecho que los bosques (y, por consiguiente, las actividades forestales) no pueden ser aislados de su medio ambiente rural; ellos están inextricablemente enlazados con los factores físicos y socioeconómicos que mantienen a la gente que vive allí o en las cercanías. En escala más vasta los bosques también pueden ser enlazados con el ambiente "mundo" que afecta los tipos de clima y, por lo tanto, la vida de todos. Aunque los profesionales forestales puedan tener la sensación que la preocupación por la seguridad alimentaria va mucho más allá de los límites de su profesión, sus actividades afectan directamente la seguridad alimentaria de las familias de su país o región.


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