MODULO | Cómo el desarrollo forestal puede beneficiarse del análisis de género |
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ANALISIS DE GENERO Y DESARROLLO FORESTAL | |
MANUAL DE CAPACITACION Y APLICACION |
Las raíces de la silvicultura comunitaria tienen miles de años y datan desde antes de la aparición de la sociedad agrícola, que cambia a partir de la práctica de desbrozar pequeños claros en la selva para planter diversos cultivos; ésta es quizá la forma más antigua de manejo forestal, pero es aún practicada en varios países. La forma específica que adopta la silvicultura comunitaria, es fundamental para determinados grupos rurales que han aprendido a coexistir con su ambiente. Si bien sus percepciones de la selva y el acceso y los usos a menudo giran en torno a la necesidad económica, que también pueden reflejar principios y valores culturales, morales, espirituales y éticos.
La silvicultura comunitaria, puede servir de instrumento político para asegurar el acceso y control de los recursos naturales vitales para atender esas necesidades. Aunque la silvicultura comunitaria entraña la gestión colectiva para el bien común, funciona óptimamente cuando se beneficia a los individuos, en especial a los hombres y mujeres más necesitados.
En la mayoría de países en vías de desarrollo ocurre que, mientras en las zonas campesinas la dotación de recursos naturales es abundante frente a la magnitud de la población, el tipo de explotación a menudo no coincide o alcanza equilibrio con su propia demanda y se orienta a mercados urbanos que consumen abundante materia y energía de la forma más rústica y a los precios más bajos del mercado, olvidando que éstas provienen de las áreas campesinas.
Por la continua y creciente demanda externa es común que se sobrepase la tasa de reposición natural de los recursos, ocasionando daños, muchas veces irreparables, para el medio y sus habitantes.
Los problemas ambientales existentes en las áreas rurales no representan obstáculo para la explotación de los recursos naturales. Esta explotación es importante en términos económicos y sociales, pues haciéndola bajo principios de equidad social y de sostenibilidad ecológica reporta beneficios para la población. La rapidez del avance tecnológico en el campo de la producción forestal sostenible, permite aumentar la productividad, sin dañar el ecosistema. Un proceso de extensión que respete y se de el tiempo necesario para conocer los sistemas de producción local y los procesos de investigación campesina que permitirán el apoyo eficiente a los procesos de desarrollo rural y el surgimiento de una cultura forestal, creando en la comunidad, las condiciones sobre los conocimientos forestales y una redefinición de los conocimientos de los técnicos y extensionistas como agentes externos.
A nivel comunitario, al ser mal utilizados algunos de sus recursos naturales, sobre todo los considerados más valiosos, automáticamente socavan sus posibilidades de desarrollo social y económico, más allá de la pérdida directa de los bienes y servicios (por ejemplo el ecoturismo); la destrucción del hábitat también lleva irreversiblemente a un sin número de valiosas plantas y especies animales a la extinción.
Hace algunos años no parecería coherente hablar de comercio y comunidad rural; sin embargo actualmente, el desarrollo rural debe estar estrechamente relacionado con la capacidad de hacer llegar al mercado, la producción final de las organizaciones comunitarias con objetivos empresariales, para conseguir una respuesta efectiva y racional a las necesidades de que las familias rurales generen ingresos monetarios y concretar la participación de hombres y mujeres en el control y uso de los recursos, así como en la distribución de los beneficios, bajo principios de equidad.
La participación comunitaria debe ser considerada el eje, para alcanzar la efectiva aplicación de las diversas metodologías de capacitación, la mayoría orientadas al manejo sostenible de los recursos forestales. En principio se debe partir de las propias unidades de producción, fortalecer los intercambios de experiencias entre las poblaciones, generar tecnologías forestales participativas y democratizar y fortalecer la organización comunal y la organización de productores, para generar métodos adecuados a las condiciones y necesidades de corto, mediano y largo plazos. Por lo que la extensión existe, como proceso social concreto de relaciones entre hombres y mujeres y de éstos bajo diferentes expresiones de organización social con los recursos forestales, para generar así, las más variadas formas de alcanzar beneficios concretos derivados del manejo de estos recursos.
La realidad de las comunidades rurales en Centroamérica, muestra que existe una íntima conexión entre las mujeres, los hombres, las comunidades y los árboles, relación raramente reconocida en los programas de desarrollo, hasta años recientes.
Asimismo, se evidencia el hecho de que la mujer, además de los trabajos vinculados con la reproducción material, asume una relación cada vez más directa con los distintos factores de la producción, pues mientras el hombre emigra fuera de la comunidad para complementar los ingresos familiares, la mujer se hace cargo de los cultivos, el ganado, las artesanías y los árboles, cuando los hay. Además, existe en la región una situación particular respecto a que en muchas comunidades rurales, sobre todo en aquellas con menos oportunidades economicas, viven mayoritariamente mujeresen condición de madres solteras o viudas porque son los hombres los que emigran al norte en búsqueda de mejoras económicas, lo cual demanda a las mujeres asumir las mismas responsabilidades.
El nuevo enfoque de desarrollo forestal involucra cinco dimensiones existentes de la relación entre los árboles, las mujeres y los hombres (ver figura 1):
Estas dimensiones se expresan en cinco áreas esenciales para la vida de las personas en las comunidades:
Los árboles tienen un peso importante en la vida de los hombres y las mujeres rurales, ya que ofrecen bienes y servicios que satisfacen las necesidades especificas de ambos.
Los árboles, modifican la situación económica de la población rural, proporcionando alimentos, medicinas, ingresos por venta de subproductos forestales y puestos de trabajo, favoreciendo la producción agropecuaria sostenida.
El uso y manejo adecuado de los recursos forestales tienen una importante función en la protección ambiental, ya que enriquecen los suelos y purifican el aire, protegen fuentes y corrientes de agua y mejoran el entorno ambiental de las comunidades.
El cuidado de los árboles y bosques requiere que, en las comunidades, los hombres y las mujeres, adquieran un conjunto de conocimientos técnicos además de su conocimiento local, para lograr el máximo aprovechamiento y un manejo sostenible.
Los árboles en varias culturas forman parte de los ritos, las fiestas y las creencias determinando una intima conexión de la naturaleza con la población rural.
Lentamente, a nivel mundial, los planificadores de proyectos forestales reconocen que la mujer rural juega un papel esencial y determinante en el manejo de los árboles y los bosques y en la utilización de productos y subproductos forestales.
Figura 1: Las cinco dimensiones de la relación entre los árboles, hombres y mujeres.
La elaboración de una estrategia para incorporar en forma transversal el enfoque de género en el accionar de los proyectos de desarrollo rural, es esencial para que la equidad de género aparezca en forma más explícita y se evite que la estrategia de implementación de los proyectos se deje guiar por estereotipos y supuestos falsos, tales como:
El estatus social de hombres y mujeres en la familia o la comunidad es igual; por lo tanto, hay igualdad en la toma de decisiones.
El jefe de familia siempre es hombre.
El jefe de familia responde por los intereses de todos los miembros de la familia, ya que la familia es una unidad de producción.
La persona en la familia que recibe y decide sobre los recursos productivos e ingresos lo hará siempre en beneficio de toda la familia.
Las mujeres se dedican solamente a actividades reproductivas y no realizan trabajo agrícola ni productivo; por lo tanto, no requieren acceso compartido o autónomo a los recursos e insumos productivos.
Las actividades reproductivas tienen menos importancia que las actividades productivas; por lo tanto, no hay que remunerarlas ni tomarlas en cuenta en las estadísticas.
Como reacción al énfasis dado por varios programas forestales -al hombre- como representante de la familia, en varios países se formularon y ejecutaron proyectos dirigidos especialmente a mujeres. En la práctica, la mayor parte de proyectos con un enfoque de “Mujer y Desarrollo”, fracasaron en su intento de mejorar el nivel de vida de las mujeres rurales, por no generar espacios de participación del hombre, creando muchas veces conflictos familiares (hombres-mujeres). Por estas experiencias negativas para alcanzar la sostenibilidad en el manejo de los recursos naturales renovables, actualmente se trata de formular los proyectos bajo el enfoque de “Género en Desarrollo” (ver figura 2).
“Género refiere diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres por razones sociales y culturales. Estas diferencias se encuentran en los roles (reproductivo, productivo y de gestión comunitaria), responsabilidades, conocimiento local, necesidades, prioridades relacionadas con el manejo, acceso y uso de recursos naturales. Aunque existen diferencias es importante que también se tome conocimiento de que existen interacciones y traslapes entre los roles de mujeres y hombres (ver figura 3 y 4). Los aspectos de género pueden ser diferentes de un lugar a otro, de un grupo étnico a otro y pueden cambiar en el tiempo (ver ejemplo 1).”
Ejemplo 1: |
En la comunidad Los Gómez, Todos Santos Cuchumatán. Huehuetenango, las mujeres narran como antes, cuando habían todavía bastantes árboles de Aliso en la comunidad, ellas se encargaban de recoger la leña, pero ahora como ya no hay árboles en la comunidad, son los hombres quienes se encargan de traerla de sitios lejanos. Esto muestra que por un cambio en el uso o deterioro de los recursos, la división de trabajo por género también puede modificarse. |
Con el enfoque de género se busca la equidad en el impacto, más que en la igualdad de oportunidades. El ejemplo de UICN (1994), es muy ilustrativo:
A un pato y a un gato, se le debe dar la misma oportunidad de comer de un plato. El que coma más, dependerá si el plato es ancho y poco profundo para satisfacer las necesidades del gato o angosto y profundo para satisfacer las necesidades del pato. Para lograr un impacto equitativo, cada uno deberá comer una parte de la comida en su propio plato.
Aunque el enfoque de género es relativamente nuevo, existen modelos de desarrollo que han tomado en cuenta la división de trabajo en sistemas productivos por género. Un ejemplo es un modelo francés conocido como “Sistemas de Producción Agrícola”, que analiza las condiciones bajo las cuales los agricultores eligen un cierto sistema de producción. Este modelo identifica primeramente el sistema de cultivo, en segundo lugar distingue las estructuras de producción (por ejemplo: monocultivo, asociaciones o cultivos que se complementan en relación con los productos que generan o la época de cosecha) y en tercer lugar analiza la estructura socio-económica del sistema, resultando la figura del jefe o la jefa de familia o decisor/a (Badouin, 1987). Durante muchos años, este modelo ha sido la base para programas y actividades de desarrollo en muchos países africanos, sin embargo la mayor parte del análisis se basa en la familia como unidad de producción y consumo sin distinguir a hombres, mujeres y niños como actores individuales. El enfoque de género en este modelo por lo tanto, se restringe a reconocer la división de trabajo productivo por sexo pero no reconoce el acceso y control sobre los recursos y beneficios por género, y las desigualdades que pueden existir en una familia.
Mientras que la forestería comunitaria con enfoque de género permite visualizar que existe una íntima conexión entre los hombres, las mujeres y los árboles: relación que establece una relación directa con distintos factores de la producción, que la convierten en una relación social con armonía y permite la producción de bienes y servicios en forma sostenible.
Aunque se reconoce que los proyectos de desarrollo rural y forestal no pueden cambiar en pocos años, las desigualdades de género que son el resultado de la construcción cultural dominante y patriarcal de varios cientos de años, los proyectos sí pueden y deben almenos aportar directamente a los siguientes aspectos:
Lograr un reconocimiento del valor del trabajo reproductivo de las mujeres.
Reducir la carga de trabajo de las mujeres.
Lograr un reconocimiento de que ambos: hombres y mujeres son productores.
Facilitar el acceso equitativo a hombres y mujeres a recursos y beneficios de los proyectos y oportunidades de desarrollo.
Aumentar la autoestima del hombre y la mujer rural.
Cambiar paulatinamente relaciones de poder entre hombres y mujeres en la familia y la comunidad.
Mejorar las condiciones de vida de hombres y mujeres, tanto desde una perspectiva social como desde un enfoque económico y así cumplir con los objetivos del proyecto, reforzando la equidad de género.
Figura 2: Hacia mayor participación en la formulación de proyectos forestales. | |
Cada contexto de desarrollo es único y requiere de respuestas específicas para poder lograr el objetivo principal, o sea, mejorar las condiciones de vida de hombres y mujeres a través de actividades de desarrollo forestal. Planificar acciones de un proceso de desarrollo forestal “orientado a la población rural”, requiere de información precisa sobre quién es “la población”. La población rural o una comunidad, no es un grupo homogéneo; incluye hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, ricos y pobres, con trabajo o sin trabajo, terratenientes o arrendatarios. En todos lados y dentro de cada grupo socio-económico, las vidas de hombres y mujeres se estructuran de manera fundamentalmente diferente. La división del trabajo basada en género es universal, pero difiere por la cultura, ubicación geográfica, disposición de recursos naturales, época/tiempo y grupo socio-económico.
La importancia del enfoque de género consiste en brindar la oportunidad a los miembros de una comunidad, hombres y mujeres, de identificar las oportunidades así como sus roles y la existencia de igualdades, desigualdades y diferencias en cuanto al acceso y control sobre los recursos y beneficios (ver ejemplo 2). Asimismo les permite informarse y estar conscientes de su situación y proponer cambios graduales que se consideran pertinentes para un desarrollo equitativo, sin que éstos causen más problemas que soluciones a la situación. En este contexto en conclusión, la importancia del enfoque de género en el desarrollo forestal radica en el conocimiento de la realidad genérica de cada comunidad, lo cual permite que las acciones de desarrollo rural y forestal contribuyan a disminuir poco a poco las desigualdades existentes.
Ejemplo 2: |
En Chiquimula, Guatemala, un proyecto de desarrollo integral que ejecuta un componente forestal, propuso incorporar a la mujer en las actividades forestales. El proyecto escogió la producción de resina por ser una actividad donde la mujer con facilidad se integra y de la cual ella puede obtener ingresos adicionales. Después de cierto tiempo el personal técnico del proyecto se dio cuenta que, si bien las mujeres estaban trabajando en la producción de la resina, ellas no recibian los beneficios. En este caso los hombres se encargaban de la venta del producto en el mercado y se quedaban con la mayor parte del dinero obtenido. Aqui el proyecto efectivamente incorporó a las mujeres en el proceso productivo, pero reforzó la marginación de la mujer, porque ella ahora tiene un trabajo adicional, pero no comparte directamente los beneficios del mismo. Haciendo previamente un diagnóstico y una planificación con un analisis de género asegurando la partícipación de hombres y mujeres de la comunidad, hubiera sido posible evitar esta situación desde el principio. Ahora el proyecto se enfrenta al reto de incorporar a las mujeres en la toma de decisiones sobre el uso y la distribución de los ingresos resultantes de estas actividades productivas. |
* *Reproductivo
*Productivo
*Gestión comunitaria
Figura 3: Enfoque de Género
Figura 4: Diferencia entre sexo y género
Se reconoce que género es una entre muchas características sociales importantes, conjuntamente con la etnia, clase, edad y ocupación. Es importante recordar, sin embargo, que género se correlaciona con todas las otras. En cualquier clase o grupo socio-lingüístico, las mujeres y los hombres tienen diferentes papeles, responsabilidades, recursos, limitaciones y oportunidades derivadas de la organización genérica. Por lo tanto, la información a menudo no es suficientemente precisa para la planificación de programas forestales excepto que sea desagregada por género.
Sin el manejo objetivo de información desagregada por género, se reducen las posibilidades de diseñar adecuadamente acciones de desarrollo forestal; resultando esto en fracasos e impactos negativos. Usando el Análisis de Género, los planificadores y políticos pueden conmayor certeza orientar el desarrollo forestal con mayores probabilidades de éxito; más efectividad, actua hacia la equidad y contribuir con nuestro trabajo hacia la sostenibilidad. (Ver figura 5).
Figura 5: Etapas en la participación. Adaptado a partir de un dibujo de Nancy Bergau, del Proyecto de Desarrollo Sulaews y reproducido por el Instituto Internacional Coady (1989)
Cualquier proyecto forestal, de los hombres y las mujeres debe tomar en cuenta los aspectos de género al elaborar y definir sus propuestas, para asegurar que las actividades respondan a las necesidades de los hombres y las mujeres y que los beneficios se distribuyan en forma equitativa, de manera que ayuden a reducir las desigualdades existentes. En la figura 6 se pueden distinguir varias etapas e instrumentos para lograr esta integración o internalización.
ETAPAS | INSTRUMENTOS | ||||
---|---|---|---|---|---|
A | Reconocer la importancia del enfoque de género | Sensibilizar a diferentes niveles | |||
B | Conocer la realidad genérica de cada comunidad | Utilizar el Diagnóstico Rural Participativo y el Análisis de Género | |||
C | Aplicar a cada contexto acciones encaminadas a la equidad | Planificación participativa en igualdad de condiciones y oportunidades para hombres y mujeres | |||
Figura 6: Etapas e instrumentos para integrar género en los proyectos forestales.
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