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La situación sugiere la necesidad de adaptar las actividades del proyecto

A menudo sucede que los resultados de un DR sugieren que el proyecto debe reorientar sus actividades. Quizá el estudio revele la crí tica necesidad de enfocarse en el mejoramiento de los pastos, aunque las actividades del proyecto se' orientan hacia los árboles. Puede descubrirse que la comunidad tiene acuerdos recíprocos importantes con otras comunidades para la utilización de los recursos, aunque el proyecto pensaba promover políticas que excluyen a la gente externa de los bosques comunales como parte de una estrategia para regenerar el bosque.

Desafortunadamente, los éxitos en tales casos no han sido numerosos: el resultado más común es que los organismos simplemente desconocen la información del DR y proceden según su propio plan previamente establecido. Tales proyectos están condenados al fracaso a la larga pero, lastimosamente, ésa no suele ser una consideración tan apremiante a corto y mediano plazo. Los proyectos que se toman el trabajo de utilizar métodos como el DR deben estar dispuestos a escuchar lo que aprenden en el campo y, en lo posible, reorientar su programa según los resultados. A menudo, esto pone al personal del proyecto que participa en el DR en la difícil posición de tratar de persuadir a otros colegas del organismo que deben cambiar el programa para que responda mejor a las condiciones locales. Dependiendo de las actitudes de los colegas y la flexibilidad del organismo, esto puede ser motivo de contiendas o puede generar un emocionante proceso de adaptación mediante mayor comunicación con la población beneficiaria.

Planificación participativa y la pérdida del control

La mejor clase de DR lleva a un proceso de planificación participativa en el cual la población local asume el liderazgo para identificar las causas y soluciones de sus problemas. El personal externo tiene el papel de facilitar el análisis técnico y complementar los recursos de la comunidad con las inversiones de conocimientos o aportes financieros que no estén disponibles a nivel local, pero no son los encargados del proceso. La ventaja de ceder el paso al liderazgo local es, desde luego, que el proceso tendrá muchas mayores posibilidades de ser sostenible y de sobrevivir a la terminación del proyecto.

En muchos casos, los donantes han sido renuentes a entregar el control sobre las actividades del proyecto para que el proceso de planificación pueda tener esta base local. Si el organismo donante ha prometido a sus fuentes de recursos que van a establecer tres bosquetes y 20 campos equipados con diques de piedra antes de que pasen tres temporadas lluviosas, entonces pueden oponerse a dejar que un proceso abierto de planificación proceda libremente. Podría, de hecho, resultar que, al fin de los tres años, no habría nada tangible que mostrar, o bien podría ser una compostera en lúgar de los diques.

Los proyectos que desean volverse más participativos pero se ven limitados por las expectativas de los donantes, tendrán que dedicarse a un proceso de educación hacia dichas fuentes financieras. Puede resultar necesario comenzar con un pequeño proyecto piloto en el cual se vinculan el DR y la planificación participativa. Se podrá invitar a la gente clave del organismo financiero para que participe en las actividades de investigación y planificación, para que comprendan la importancia del proceso que se está realizando. La próxima vez, ellos pueden estar de acuerdo en financiar una actividad más abierta, sin tantas delimitaciones previas.

Pobladores dedicados a actividades creativas pero ilegales

No es nada raro que los estudios DR descubran estrategias para el manejo de los recursos locales que son altamente creativas y eficaces, pero que contravienen la legislación nacional. Por ejemplo, quizá los pobladores presten e incluso vendan tierras en violación de las leyes nacionales sobre tales transacciones. Pueden podar los árboles con cuidado y en el momento que consideran más oportuno, cuando según las reglas forestales cualquier poda requiere un permiso. Esto crea un problema para el proyecto que quisiera informar sobre estas estrategias, y quizá incluso deseara alentar su adopción más generalizada. Las opciones, en este caso, dependen en gran parte de la apertura del gobierno en cuestión. Por cierto, la información de un DR no debe utilizarse de ninguna manera que produzca sanciones para la comunidad que facilitó la in

formación. Pero si el gobierno tiene la apertura para responder a las inquietudes locales, la información podría constituir la oportunidad para abrir un diálogo sobre los méritos de la ley, posibles alternativas y su impacto sobre las comunidades rurales. Aquí, nuevamente, el DR puede aprovecharse para informar y educar a las personas que tengan poco conocimiento de las realidades locales.

La parálisis que surge al enfrentar la complejidad

Luego de investigar un área detenidamente, los proyectos usualmente logran una apreciación impresionante de la complejidad de la situación de tenencia en la cual piensan intervenir. Una buena investigación de DR casi invariablemente expone elementos de poder e impotencia a medida que trata de comprender quiénes formulan las reglas -y para los intereses de quiénes-. Aunque puede informar sobre tales situaciones, no puede ofrecer -ni sería justo esperarlo- respuestas fáciles sobre cómo resolver estos interrogantes fundamentales y persistentemente desconcertantes.

Para decidir cómo orientar sus actividades en cuanto a los recursos naturales, los proyectos pueden paralizarse cuando la información sugiere que las situaciones locales en cuanto a la tenencia contravienen las políticas nacionales. Esto les pone en la difícil posición de tener que decidir cuál marco utilizar para ejecutar estas actividades -opción complicadísima ya que la mayoría de proyectos atienden a un público sumamente variado-. En la mayoría de los casos trabajan, al menos, con la comunidad local, con las élites locales y con los funcionarios gubernamentales a diferentes niveles, y cada uno de estos actores tendrá sus propias expectativas e intereses. Además, las actividades de los proyectos suelen estar bajo la vigilancia de agentes externos, ansiosos por aprovechar cualquier intervención.

Nuevamente, descubrir la información no necesariamente lleva a soluciones libres de ambigüedades. Aunque las situaciones locales de tenencia pueden tener ventajas claras en términos de su idoneidad para los problemas de la comunidad, posiblemente no tengan una autoridad lo suficientemente amplia para proteger a dichos usuarios de los recursos, ante las imposiciones externas. El gobierno puede tolerar o no los proyectos que promueven sistemas locales de tenencia. En algunos lugares, las estructuras gubernamentales hacen como que no ven los acuerdos locales sobre la tenencia (e incluso pueden apoyar la descentralización de tales decisiones), mientras que en otros puede haber una hostilidad activa y las autoridades pretender lograr, a la fuerza, que las reglas locales se conformen a las normas nacionales.

Es imposible ofrecer recomendaciones generalizables sobre estos complejos temas. Apenas se puede expresar una advertencia. Los proyectos que realizan investigación en estos campos deben estar conscientes de que el proceso de recoger información no necesariamente significa que se presentarán respuestas claras. De hecho, la información recopilada puede resultar preocupante cuando se analizan plenamente sus implicaciones. La incapacidad de enfrentar la complejidad que caracteriza las realidades locales es una causa común de parálisis.

En la mayoría de casos, una información de buena calidad puede utilizarse de manera productiva, aunque obligue a los investigadores y proyectos a revisar sus suposiciones y repensar sus enfoques. Un buen DR resaltará las diferencias entre los enfoques internos y externos. Expondrá los elementos de poder. Esto puede producir algunos dilemas bastante desconcertantes, pero es preferible confrontar las realidades con franqueza y buscar soluciones en lugar de proceder como si tales diferencias no existieran.

Confrontar los problemas planteados por la investigación participativa probablemente no será un proceso fácil, dados los intereses a corto plazo de los donantes y gobiernos. Para que la investigación participativa funcione, los actores externos tendrán que ser más humildes para poder reconocer que no tienen todas las respuestas ni mucho menos para los problemas del desarrollo. Tendrán que estar más dispuestos a ceder autoridad en el proceso de planificación y dejar espacio para que la población local pueda asumir un mayor grado de liderazgo. Y necesitarán estar más abiertos para poder aceptar los resultados impredecibles que suelen surgir de tal proceso. Se descuida la información porque es mucho más fácil ignorar las diferencias que abordar las problemáticas institucionales, confrontarlas y reconciliarlas. A fin de cuentas, conseguir buena información es recién el primer obstáculo. La información debe utilizarse también para aumentar la eficacia del trabajo con la población rural. De otro modo, el énfasis en la participación, que es tan central en el DR, no hará otra cosa más que aumentar otra carga sobre los pobres. Este es el desafío esencial para quienes utilizan y promueven estas técnicas.


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